Primera regla de la inmortalidad, bebed y disfrutad de tus amigos hasta que te canses; llegué a esta conclusión gracias a que me detuve un momento en un aburrido juego de monopolio con falta de emoción y ron, seguidamente me di cuenta del ambiente. Lo describiré:
Miky: La preposición de su ímpetu de hacerse sobresalir en todas las aventura vividas con ella es irremediable, ya sea bailando como mono en cautiverio sin su mona emprendedora sexualmente o contando sus chistes de bajo perfil que al final todos se ríen. Yo la llamaría Bloody Mary.
Poch: El pana es bien, ya que es del tipo de persona persuasiva que es fácil de moldear y ejecutar, teniendo en cuenta que es el mono de la mona! Así que en casos normales ni huele ni hiede y eso lo hace peculiar. Sin discutir, Martini para el.
YanYan: Alta, esbelta, buen rostro, excelente trasero. Hombre que se respete no describe a una mujer por su personalidad si llegase el caso de que la espécimen esté bien rica. [No quiero pasar por plástico, solo que no conozco a la maquina sexualmente activa llamada YanYan]. Le vendría bien Sexo en la Plata
Fox: Mi hermano del alma, sería cursi y más que todo marico describir a este personaje como se debería, ya que no intento plasmar emociones ni preferencias acá... Ron con coca-cola CARAJO.
Olive: Que puedo decir sobre una de las panas más rara de este mundo. Espécimen viejo pero nunca pasado de moda, su invulnerabilidad la hace fuerte frente a muchos, ocasionando así un desbalance entre lo que es y lo que no es a ojos de otros, ese comportamiento me parece de lo más inteligentes puesto que jugaría y bien dicho, podría jugar con las personas a su alrededor. Pensarán, hace 3 líneas dije que no hay preferencias... no, no las hay; solo que este individuo no se merece ni más ni menos de lo que es. Pertenece a un ente neutral en donde sus 6 brazos colaboran con la manutención astral y física de este mundo. Terremoto sería su trago.
YO: Es aburrido describirse a uno mismo, porque puede pasar que; bien sea llegue hasta las nubes o me baje hasta el mismísimo y propio infierno, aunque lo haré: Nerdental oscuro de deseos de alto calibre, entiéndase por lo que se les venga, apoyando su propia y normal realidad en el día a día de su basta y prerrogativa existencias. Me gustan las mujeres, soy Tauro y no se hacer Pasta sabrosa. [Con eso es más que suficiente]. Corona con sal y limón es lo mío.
Miky, Poch, YanYan, Fox, Olive, YO; sentados en circulo alrededor del remalparido juego de mesa en donde una acción te puede costar, no 3 horas de juego si no 3 horas menos de tu precioso tiempo, sentí mis cigarrillos en el bolsillo y me levanté con los mismo ánimos que cuando me levanto luego de una buena pelota de alcohol. Ahí, allí en ese mismo nivel en donde mi poca altura y centímetros de zapatos me daban me di cuenta que no perdía mi tiempo. Lentamente entendí que mal administre mis minutos desde el momento en que me senté en esa dura y fría silla de metal, esos minutos [entiéndase horas] pude haber elegido entre lo que hice, que fue gastarme mi tiempo haciendo nada, o bien sea disfrutarlo con mis panas que con derecho los describo como ya los hice.
Era un sin fin de pensamientos que me venían uno tras otro a la cabeza lo cuales pude haber compartido mis alegrías o decepciones con el solo desplegar los labios y articular un sonido que esté a ritmo de lo que pasaba.
En ese preciso instante me di cuenta de lo mal que las personas... no, no, no... de lo poco que las personas aprovechan un momento de compartir, de reflejarse en el armónico frío por culpa del split. Música para mis oídos, caña para mis venas, amistad para mis ojos.
Es la receta de la inmortalidad, saber que al llegar a cama y pensar en el último suspiro, el último pensamiento que produces antes de llevar tu mente a otro estado es... me tripié la noche sin pea, sin satisfacción física, sin haber gastado ni medio... Carajos mañana desempolvo el Scrabble. Algo así es lo que pasó haces pocas horas; ¿qué aprendí de esto? a mi fraccionada manera de pensar diría que: degustamos el momento en donde nos encontramos solo viendo hasta nuestras narices, si saber que pasa más allá de la misma, sin tener las bolas de romper esa barrera que nos haría experimentar cada una de las pequeñas cosas a su máxima expresión, exprimir y saborear cada mirada y cada gesto de todo y sentir la magia del momento, aceptar el reggeton que se coló en la lista de reproducción, poner a maquinar la imaginación porque la espécimen de buen culo me lanzó una mirada que da mucho que pensar, quedarse en la expectativa de arriesgarse a maldecir y sentirse orgulloso de eso, hablar mal de lo flaca y vacía de tu billetera, del gobierno, de lo feo que apesto por no haberme bañado, de la pinche mosca que entro en mi trago. En fin, de todo y absolutamente todo posible desplegado en ese momento.
Me siento honrado de escribir esto, de hecho me siento orgulloso de haber visto a alguien hoy que me recordó lo extravagante de plasmar cualquier cosa a punta de letras, siempre es hermoso reencontrarte con una persona que te muestre las pocas cosas sencillas pero brutalmente importantes de esta corta vida, especímenes como esos quisiera que siempre estén a mi lado para compartir extraños y atormentadores pensamientos que hace que nuestras vidas cobren color y volumen. Por más que lo digan, es placentero saber que no estás solo en el mismo suelo y más, reconocer que existen almas más retorcidas que la mía.
Espero la inmortalidad de mis pensamientos adyacentes al sueño, espero por terminar lo que fue una velada que en estos momentos la veo maravillosa porque me sentí impulsado a desahogarme.
La espera termina hasta que el contador de la batería de mi maquina quede como mi estomago.
3 minutos antes que la batería muera, no hace falta decir más nada, solo que perdí en el estúpido juego.
Sábado 27 de diciembre del dos mil nueve, 04:54 am.
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